sábado, 16 de mayo de 2009

Plumas

Compré una desnuda cama
En ella reconocí la desaparición de todo horizonte
Así que la vendí a un lector de poesía vanguardista.
Luego forniqué mi alma en una esquina,
Lugar preciso en el cual la desplumé

Alma pájara
Y es que me he vuelto adicto a sus plumas,
Al cosquilleo en mi garganta
Mientras le escribo que ya no hay idiomas
Para intentar un nuevo vuelo.

Comprendo el desgarro
Una mina de carbón en llamas
¡Pero el carbón esta tan devaluado!
¡No seas pajarón!

En el piso, en calidad de mancha.
No me intereso en mover un solo músculo
Sino es para que nos confundamos
Vendiendo carbón en la misma caja.
Antes, frotaba mi cuerpo
Como a una lámpara de Aladino
Con las toallas de los distinguidos y grandes
Amigos del YO espontáneo y gracioso

(¡Qué bueno el poema! ¡Casi me mié de la risa!
¿Y viste que hablaba de nosotros?)

Y el mío volvía gordo y sordo
Con un sol de cartón en el espejo
Y frases acuñadas en el bolsillo.
Ahora tiendo a la sombra en el extravío
Oliendo conflicto
— que ha de ser pronto y claro como un estallido en el desierto de mí mismo —
A traición, con las armas del hastío
Lloverá plumas sobre los barrios.

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