jueves, 29 de enero de 2009

Odio a las remembranzas

Mis remembranzas que en su exilio
habian poblado los continentes del olvido,
empiezan de nuevo a congregarse
en la materia gris y atrofiada que guarece mi catastrofe craneal.

Vuelven sin cesar a archivarse
esas estrepitosas efigies terrorificas del ayer,
bramando horrisonas amenazas de mudar su indeterminada y languida figura
a la composicion de las cosas y los hechos inolvidables,
que abarcan por completo al evo,
pese a que conosco de memoria
la condena de mi finita estancia en estas dimensiones aun veladas e ignotas.

De nuevo, vuelven a acuñarse los caracteres de ese verdugo inclemente
en las desgastadas tablillas del hipocampo,
caracteres de un aura torturadora que involuntario evoco en forma de sentencia.

Anhelante de la amnesia o la situacion desmemoriada
de los peces y la nada,
de los muertos y la materia inanimada...

Anhelante, tremendamente anhelante de la amnesia
o la situacion desmemoriada de los peces y la nada,
de los muertos y la materia inanimada...

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