miércoles, 3 de junio de 2015

SEAMOS ELLOS, AQUELLOS

Arriesgar la carne por esos labios brujos,
arriesgar la historia por la verdad del verbo,
antes de mí, después de ti, el ahora de ambos,
comprar la comunión, negar el perdón celeste,
emancipar la traición del miedo y del tiempo,
hablar de credos como de lenguas rojas y besos

Contarnos una sarta de historias flojas y cenizas
hasta suponer que nos desconocemos de siempre
y desde ese tiempo parecer cómplices y canallas,
equivocar el rumbo y terminar ebrios y rabiosos,
esperando revolución desde nuestra trinchera blanca.

Apedrear a las putas ganas que nos corrompen,
no negarnos aunque el alba quiera acariciarnos,
hacer una apología de nuestro maldito encuentro,
un tratado en roca con doce lineamientos vanos:

1.- Ser herejes cuando a la boca no la invada nuestro sexo
2.- Parecer divinos, jugar a ser nerviosos, truncar la noche
3.- Desaparecer ansiosos a mitad de la última cena familiar
4.- Grabar en nuestro aliento cualquier recuerdo húmedo
5.- Apostar las manos cuando más no las necesitemos
6.- Violar la ley divina y coger como dioses omnipresentes
7.- Lamernos a mitad de la sacristía las piernas o la boca es igual
8.- Cada navidad parecer más tóxicos, más inusuales, más calavera
9.- No amarnos aunque el amor quiera escupirnos la cara
10.- Amarnos aunque palabra alguna no exista para nosotros
11.- Poner sobre la mesa los cuerpos antes que las ideas
12.- Montar una especie de milagro en que nos lleve la tormenta a la nuestra

Mirarnos nada más, correr heridos de penuria
jamás vernos a los ojos, corremos el peligro de hablar
y palabras que no queremos pueden escapara como un balazo.

Seamos ellos, los que son ahora y jamás serán
los que se destruyeron una tarde para sentirse reales,
aquellos que aman enfurecidamente sin querer amar.


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