miércoles, 22 de enero de 2014

Un poema de Marcela Saldaño, una chilena que ahora vive en Francia.

Si ella me falta la noche se convierte en una gran sutura
Y mi profundidad sería roja más roja que la vehemencia
Ella se multiplicaría y mis hijos serían sólo fracciones

Si ella y yo naciéramos la una en la otra como un espejo parásito
Asesina la vida que empieza cuando otra se apaga
En medio de lo podrido que puede ser un oscuro despecho
En el fondo de las palabras Los hombres cultivan piedras

Si ella me falta sería un mar cuyo olor se vuelve pretérito
Una perfecta forma Execrables los otros Nosotras mantenemos
la herida De mal gusto es mantener la sutura abierta y contaminada
Hundir la cabeza en platos con leche A ver si volvemos al ceno
y esta angustia es un pozo donde residen parvularias calcinadas
Llamadas telefónicas del horror Mujeres descuartizadas en Juárez

El último llamado a las ratas para morder El último llamado a la escuela
Dulzura en Brasil Quiero retomar la noche y volverme espejo
Tránsito Tragedia Traje Peregrinaje en medio de la garganta

Si ella me falta todo en mí se convierte en una gran sutura.

Marcela Saldaño



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