jueves, 9 de abril de 2009

Nuevos modelos

Terminaba el comercial de jeans Levis y apagó el televisor. Salió de la pieza y se dirigió al espejo de cuerpo entero que estaba en el pasillo del segundo piso. De espalda a él se torció como un tirabuzón para observarse el culo. El espejo tembló por un momento mientras las manos de ella recorrían sus curvas posteriores y apretaba su carne contra sus dedos. Después de hacer una serie de poses para valorizar sus nalgas, grito por las escaleras hacia el primer piso para hablarle a Carlos, su pareja de hacia un año y medio: “Voy a ir a la clínica, necesito un culo nuevo”. La voz de Carlos se hizo esperar unos segundos: “Yo te acompaño. Hace meses que te veo borrosa, un par de ojos nuevos sería lo mejor” Elena llegó hasta su lado mientras se ponía una chaqueta y se arreglaba sus lentes de manera que le afirmaran el cabello “Debe ser a causa de la nueva pantalla que te compraste” le dijo. “Seguramente el efecto tridimensional de la antigua pantalla no era tan realista como el de esta y eso requiere un nuevo ajuste del iris, según me dijeron en el mercado negro”. Elena se puso frente a él “¿Y podrías esta vez ponerte ojos grises claros?”. “Veremos” respondió Cristian cansadamente; la idea no le llamaba la atención y el que Elena insistiera lo desanimaba. “¿Puedo saber por qué vas a cambiar otra vez tus nalgas?”. “Los nuevos modelos que me compré no encajan bien con él, no tienen la forma que quiero y parezco que ando con una sandía atravesada”.
Antes de salir, miraron a la pieza de bebé. Debía despertarse en tres horas según el programa que les había dado el pediatra, tiempo más que suficiente para dos CFE (Cambios Físicos Estéticos). Cerraron la puerta del hogar por fuera sin recordar que habían desactivado la alarma contra incendios y algo comenzaba a oler a quemado dentro.

1 comentarios:

Edgar dijo...

(me gusta que se achicharren los niños...)

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