Desencantados
Aún recuerdas cómo era la lluvia, las
tempestivas emboscadas, el sabor de la carne, la cama, la casa y todo lo que
nos necesitaba, tengo que decirte algo, cualquier cosa pero esta vez por última
iniciaré con la verdad.
Aquí voy, dejando que
mi esqueleto controle mis impulsos, el corazón se ha ido bien lejos tal vez a
la mierda o a esos rincones que se conocen cuando muere alguien y no quieres
evitarlo, he tomado varias decisiones y tú no fuiste una de ellas, llegaste
como llegan esas tardes absurdas de cine y café, donde no se bebe porque se
debe amar con elocuencia, como si por descorchar un par de botellas se nos
negara el cielo o la tierra, eso es para los imbéciles que creen que el futuro
los espera con las piernas abiertas y usan gafas pastosas y barbas abultadas
que no combinan con su bragueta, llegaste a tientas con un bolso muy rojo y un
vestido que no importaba yo quería la carne, restregarte mi inocencia flaca,
causar en tu cuerpo tantos accidentes como me fuera posible.
Cada
día pedías más delicadeza, tu delirio de crisálida me esperanzaba mariposa en
cautiverio, con alas que combinaran con tus ganas de nada o con tu cabello
lleno de Europa y un montón de antioxidantes y químicos que no alteran la
conciencia y a ti, a ti te llenan de ansias, hablar era tu palabra favorita,
escupirme la cara con todas esas molestias que generan las relaciones serias y
un poco más tarde besarme los ojos hasta quedar dormido, me mantenías con el
rostro metido en tu pubis fino por horas y a lo dos días de inanición me
regresabas a esta ciudad en llamas.
Ahora estoy seguro que conoces cómo inicia la
tormenta, nos llenamos de tantos agostos innecesarios, casi al final teníamos
el semblante de años que ya pasaron y sin embargo siempre fui capaz de mirarte directo,
podía estar ebrio o haberme fumado la mitad del color verde que cobija a este
insano mundo, pero te miraba igual que cuando tenías 20 y besabas de forma
escandalosa y la gente hablaba de ti y yo sin defenderte, todo lo contrario, en
ocasiones confirmaba que nos amábamos de forma sucia, que no parábamos 2 días
enteros hasta mirar el rojo de nuestros sexos y hasta ese entonces nos
lavábamos sin culpa, y volvíamos a caer en nuestra sordidez 2 días más, la
gente siempre es una estafa.
Nos
fuimos marchando por partes, primero los sexos y luego lo demás que nada
importa ahora, puedo mirarte pero siempre me da esa nausea de olvido, de
pasado, de recuerdos flojos o rotos o que no recuerdan porque no lo quieren
así, me fui hace tiempo sin que lo notarás, no era de noche, tampoco fui por
cigarrillos, me largué con unas perras, sí, unas perras ganas de burlarme de todo este cuento colorín y
descolorado, donde funges como inocencia y causa, como victima de un canalla barato, la mujer que inició
invitándome a habitar su falda y paso a ser aquella de las lágrimas de cristal
sin estallido, la de los pecho firmes y bragas de hojalata.
Estamos a mitad de un diluvio que no
contuvimos aunque teníamos la predicción a razón de nuestra impureza que
sucedería, estoy feliz de que nos lleve la marea a diferentes partes, de nada
me sirven ahora las manos, ni ser adulto, ni otra boca que me reprenda por
misógino, no, está a punto de concluir este torrente que apesta y que no es
otra cosa que esos absurdos recuerdos, vámonos, pero sólo como nos conocimos,
con los ojos hinchados y lo demás herido, vámonos, ahora que nos quedan las
piernas y el valor para no rajarnos por la espalda, llegará la calma y con ella
otra historia igual de enferma.
Pasará y entonces tendrás ese miedo que de
niños nos detiene a asomarnos bajo la cama y mirar a la creatura en que nos
convertimos cuando crecemos y las manos nos huelen a adultos, a ese sudor que
se conoce cuando el dinero es una mafia que necesitamos para comprarnos otros
ojos y otras bocas y otras manos de adultos que dañen como daña el alba a los
amantes efímeros los sábado en madrugada, y nos doleremos todo el tiempo, y no
dejaremos de maldecirnos lo que reste de nuestras tristes vidas, sabes algo he
sido sincero y para hoy he cumplido con mi cometido, en otra u otras vidas
espero jamás volver a vernos.